Partido disputado en Teis a la
hora de la partida de pocha y con lleno en las gradas del Pabellón (nunca
habíamos jugado ante tanto público) ya que llegué a contar hasta 11
espectadores (o mártires). Nos presentamos 9 Jedys y 10 Abuelos (más o menos)
Con la derrota ya descontada por
la agencias de calificación (entiéndase la prensa especializada) había dos
circunstancias que incidían negativamente en nuestros planteamientos:
1.
La situación macroeconómica (alineación del equipo) era
negativa, pendiente de ser rebajada en otro escalón por las ausencias de Yago
Montoro que se ha retirado por ¿desgaste???????? (juas, juas, juas, juas, juas, juas, juas,
juas, juas, juas), Willy Ruiz Mateos (por sus problemas con la justicia) y
Diego Dotcom (han cerrado Megaupload y este hombre no ha vuelto a aparecer)
2.
El regulador (léase árbitro) nos tenía en cuarentena
por los previos actos de indisciplina (técnicas y protestas varias) y a fe que
puso toda la carne en el asador para demostrar quien había hecho los deberes y
quien no. La cosa puede ejemplificarse con que nosotros tiramos en todo el
partido tantos tiros libres (4) como Los Abuelos en una jugada (falta = 2
tiros, rebote y falta = 2 tiros). Obviamente tiraron muchos más en todo el
partido
Así las cosas, los más pesimistas
ya señalaban que el equipo entraría en recesión (derrota cómoda y fácil a las
primeras de cambio), pero una política económica agresiva sobre sus mejores
jugadores (grandes defensas de Luis sobre Miguel y de Guime sobre Julio)
pararon su caudal ofensivo y nos permitió estar ahí durante toda la primera
parte gracias a unos ajustes estructurales muy bien valorados (posesión larga,
movimiento de balón, ayudas defensivas y cierre del rebote). El resultado, sólo
3 abajo, debido, fundamentalmente a sus segundas posesiones y a la buena
retribución de sus movimientos de mercado (cobraron muchas faltas)
Con la prima de riesgo controlada
(el resultado), decidimos aplicar una política económica conservadora (dejamos
a Guime en el banquillo para que tomase aire) pero sufrimos un durísimo ataque
especulativo de su número 5 que nos enchufó dos triples prácticamente seguidos
y consiguió una jugada de 2+1, por lo que el equipo entró en default, además el
regulador ya había decidido quien había cumplido y quien no, esto es, nos
cosieron a jugadas de 2+1 (cuidado no digo que no fueran, digo que sólo nos las
pitaron en contra a nosotros), sus zonas se prolongaban a los 10 segundos o
más, y sus manos defensivas gozaban de la propiedad de la invisibilidad, además
nos vimos obligados a medidas excepcionales ajenas a nuestro juego (tiros de 3
que no entraron), por lo que la distancia se fue hasta los 15 puntos
Este panorama desolador hizo que
ellos cambiasen a sus puntales y se limitasen a un intercambio de canastas insustancial
hasta el final del partido (creo que, al final, perdimos de más o menos 12)
Como nota positiva se puede decir
que el equipo ha mejorado en solidaridad defensiva y que el juego posicional
estático fue paciente y bastante eficaz
En el lado negativo la excesiva
blandura, sobre todo al bloquear el rebote defensivo (no podemos competir en la
altura) y la clásica pájara de tres-cuatro minutos que en los partidos
igualados nos condenan a derrotas seguras
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